Evaluación

En nuestros grupos es tan importante la acción como la reflexión sobre ella, de ahí la importancia de la evaluación, ya que nos permite darnos cuenta de lo que hemos hecho y de todo aquello que nos ha podido pasar desapercibido durante la acción.

Además la evaluación es una forma de comunicación a tres niveles, es decir, entre los/las propios chavales/as, entre estos y el/la monitor/a y entre los/las propios/as monitores/as, sobre las actividades que se llevan a cabo, tomándola como un método para mejorar y progresar.

Ha de ser útil, ya que su función es la de ofrecer una respuesta continua que contribuya a la replanificación y al análisis del proceso, tanto cuando se está realizando como al final del mismo.

Por lo tanto, también debe ser práctica, es decir, nos va dando claves para modificar sobre la marcha las actividades, la relación con el/la chaval/a, los recursos…

En nuestra evaluación deben tener cabida todos los elementos relacionados con el grupo: objetivos, actividades, recursos, metodología… favoreciendo la participación, en todo momento, tanto de los/las monitores/as como de los/las chavales/as.

A la hora de llevar a cabo esta evaluación, pretendemos marcar varios momentos en los que nos parece adecuado que se realice:
  • Cada educador/a debería llevar a cabo una evaluación continua con el grupo del que es responsable, evaluando la marcha del grupo, su propio trabajo y las diferentes actividades realizadas.
  • Se debería evaluar al finalizar cada trimestre, así como al final de cada año, tanto entre los/las monitores/as de etapa, como entre los/las responsables de etapa con el/la coordinador del proyecto y el consiliario.

Además, es necesario evaluar después de cada campamento, convivencia, salida de día, acción…